(EXISTEN VERSIONES DESCARGABLES EN https://www.luis-aleman.info/historico-evangelio/)

21 DIC. 4º DOMINGO DE ADVIENTO. Lc 1,26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.

El ángel Gabriel fue enviado por Dios. ¿Fue un ángel o fue el mismo Dios? La religiosidad israelita no era propicia para zarandear a Iahvé ni verbalmente, y acudía con frecuencia a los ángeles para sustituirle. Para nosotros, lo importante es admitir que Dios intervino en una Nueva Era para los seres humanos. Y que esa nueva era estuvo en manos de una mujer.

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.». Primero: alegría. Segundo: estás llena de Dios. Tercero: El Señor está contigo. Parece que la nueva era de lo humano es alegre, está llena de Dios y está asegurada. Lo repetimos con frecuencia: “El Señor está con vosotros”. Esta es la primera página de este nuevo Génesis cristiano.

“Ella se turbó”. Algo tiene la presencia de Dios entre nosotros que no solo trae paz, alegría. Con mucha frecuencia trae turbación. La sintió Maria, la sufrió fuertemente Jesús, la sentirá su iglesia y cada uno de nosotros. Somos demasiados frágiles como para soportar con serenidad la presencia de Dios.

“No temas, María”. Decimos con frecuencia y no sin verdad, que María actúa como Madre de la iglesia de Jesús. También vale aplicar a la iglesia, lo que se dice a María. ¡Tiempos de dudas y temblor para la iglesia católica! “No temas, Francisco”.

María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» La palabra del Señor es la única palabra creadora. Los curas y clérigos no deberían olvidar nunca que fuera de la palabra del Señor todo es vacío y nada.

Luis Alemán Mur