Salmo LXXIX
R/. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve
Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece.
Despierta tu poder y ven a salvarnos.
Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa.
Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti;
danos vida, para que invoquemos tu nombre. R/

Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve

Yo al menos, necesito una restauración a fondo. Mi madera está muy carcomida. Temo que no me reconozca ni mi autor.

Danos vida, para que invoquemos tu nombre.

Ya no me interesa otra cosa. Vida para poder invocar tu nombre. Que pueda dejar tu nombre como herencia a los míos.

Luis Alemán