Salmo XXII,
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar.
Me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.

“Hay obispos que hacen todo lo posible por llegar, y cuando lo hacen se pavonean, viven únicamente para su vanidad”

“No habrá una Iglesia sana, si fieles, presbíteros y diáconos no están unidos al obispo. Una Iglesia que no está unida al obispo, es una iglesia enferma”

Papa Francisco