Salmo LXXIX

 R/. La viña del Señor es la casa de Israel

Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste.
Extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Río. R/.

¿Por qué has derribado su cerca
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas? R/.

Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó
y que tú hiciste vigorosa. R/.

No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor, Dios de los ejércitos,
restáuranos, que brille tu rostro y nos salve. R/.

“Ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó y que tú hiciste vigorosa” Que tus capataces quiten sus manos de encima y nos dejen beber el vino de la vida

“danos vida, para que invoquemos tu nombre”, que brille tu rostro y nos salve. Que tu vida ilumine nuestro mirar.

Luis Alemán Mur