Jesús ni estaba castrado ni era eunuco

Siempre me dio la impresión de que los teólogos, los predicadores, profesores y catequistas teníamos miedo de hablar de Jesús de Nazaret como hombre pleno sin recortes. Se recurre a la vieja frase de pleno hombre, pero sin pecado. Aunque esta frase tiene dos interrogantes: ¿Qué es ser pleno hombre? Y ¿qué es sin pecado?

En la antigüedad (que no sé si terminó antes de ayer, o continúa) para explicar la frase se recurría al sentido común. Para los de antiguo de antes de ayer (que no sé si murieron o siguen vivos) es o era evidente el concepto y la realidad de hombre. Hoy se ha complicado una miaja la mera palabra hombre y la realidad aún más.

En cuanto a lo de pecado, no me parece que la cosa esté más clara que lo de hombre. Y no es que la Iglesia haya cambiado su moral dogmática por una moral de circunstancias, es que la realidad social lo ha inundado todo como un tsunami y ya es difícil saber dónde estamos, salvo aquellos que están tan alto y tan lejos. A los que el agua no mojó ni la moqueta.

¿Vd. qué piensa? Cuando Jesús, aquel de Nazaret, vio los bellos pechos de la de Magdala ¿sintió la subida de la testosterona o se quedó impávido como un ciprés?

Rechazo por falta de contenido histórico cualquier divagación imaginativa sobre si Jesús estuvo casado o si tuvo hijos. Jugar a la historia ficción no conduce a ninguna verdad.

¿La libido anexa al ser humano es ya pecado? La atracción sexual entre hombre y mujer ¿es imprescindible para que exista el hombre y la mujer? La pregunta la formulo así porque yo soy de los de antes de ayer. Los de hoy juegan con conceptos diferentes a los míos. Para los de hoy, hombre y mujer son realidades superadas. Pero yo sigo con los míos antes de desbarrar.

Un abrazo a la mujer, un beso a la mujer, un deseo de la mujer ¿implican pecado? ¿Pudo sentir algo de esto aquel Jesús de Nazaret? Yo hablo del Jesús el hijo de José y María. Hablo del Jesús que luchó como hombre, murió como hombre, fue enterrado como hombre y al que el Padre levantó de la tumba y lo sentó a su diestra, y ante cuyo nombre doble su rodilla todo poder en el Cielo y en la Tierra.

Hablo de ese Jesús que cumplió su misión de ser hombre en la tierra, y enseñó a la humanidad lo que es ser humano. Hablo de ese galileo que demostró, quizá sin saberlo, que la materia no es mala, que el pecado no está en la materia sino en la mente y en la voluntad. Hablo de ese Jesús de Nazaret que todo lo realizó libremente, con fe en Dios, por amor a los hombres. Y que después de realizar, luchando, la plenitud de lo humano, se presentó como simple hombre, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por eso, Dios lo encumbró sobre todo. Y toda boca proclame que Jesús es Señor.

Y Vd. ¿Por qué hace ahora estas preguntas? ¿Por el hábito de enredar?

Las hago porque el día en el que sepamos contestarlas sin miedo, con valentía, podremos comenzar el estudio de una Cristología sana que sirva para fundamentar una Iglesia del siglo XXI.

Luis Alemán Mur