Lo más horrible es que todo esto se hizo para “salvar” a los niños, “salvar” a las madres y “salvar” a la Iglesia

 800 esqueletos de recién nacidos.

 Enterrados entre 1925 y 1961 en un antiguo convento de Irlanda.

AFP

Alrededor de 800 esqueletos de recién nacidos han sido descubiertos en un depósito de cemento, junto a un antiguo convento católico, en la ciudad irlandesa de Tuam, que entre 1925 y 1961 acogió a mujeres solteras embarazadas.

“Una persona me habló de la existencia de un cementerio de recién nacidos, pero lo que encontré allí fue mucho más que eso”, ha explicado la historiadora Cartherine Corless sobre el descubrimiento.

Corless estaba investigando los archivos del antiguo convento de Tuam, hoy convertido en una urbanización, cuando descubrió que 796 niños habían sido enterrados cerca del complejo sin ataúd ni lápida.

Los recién nacidos eran enterrados de forma secreta por las monjas del Convento de Bon Secours.

Se desconocen los motivos de las muertes de los pequeños pero todo apunta a que pudo deberse a la neumonía, la malnutrición, la tuberculosis o al maltrato.

William Joseph Dolan, pariente de un niño que vivió en esta institución, ha denunciado lo hechos con la intención de que se aclaren los hechos ocurridos entonces.

Además, se ha lanzado una campaña de recogida de fondos en la localidad para construir un memorial en recuerdo de los pequeños fallecidos en el convento.

Este descubrimiento recuerda a otro escándalo donde se vieron involucradas madres solteras. Entre 1922 y 1996, más de 10.000 mujeres trabajaron de forma gratuita en lavanderías explotadas comercialmente por monjas católicas en Irlanda.

Las jóvenes, conocidas como las hermanas de Magdalena, eran principalmente chicas que se quedaban embarazadas fuera del matrimonio o cuyo comportamiento era considerado inmoral en un país de fuerte tradición católica.