Vd. como yo (yo hasta hace poco) tenemos una teología, un catecismo, una creencia, una visión cristiana que necesita ser urgentemente reciclada. Como si el fabricante de su coche le avisara que lo lleve al taller porque salió de fábrica con un defecto de diseño que trasciende a todo el motor. No le voy a cobrar nada por la reparación, pero si sigue leyendo, el susto no se lo va a quitar nadie.

Ese esquema de pensamiento; esa teología convertida en catecismo, ha producido estragos hasta infiltrarnos el paganismo. Ha sembrado de sal amarga nuestras vidas y destrozado la imagen de Dios.

¿Cómo es posible que digamos esto ahora? ¿Ha venido un Ángel a cambiarlo todo? ¿Hay por ahí un nuevo Mahoma que pretende reinterpretar la Biblia?

No, mire. Esto que decimos no es producto de una nueva revelación. Ni ha venido ningún ángel, (la existencia de los angelitos es muy discutible). Ni por supuesto se ha producido la reencarnación de ningún Mahoma (con uno ya tuvo bastante el mundo)

Todo esto es lisa y llanamente la consecuencia de una realidad muy antigua, muy admitida, muy bíblica. Sencillamente: a Dios lo vamos conociendo muy poco a poco. Así como la creación se va haciendo poco a poco. El ser humano va madurando poco a poco. El conocimiento de Dios lo vamos adquiriendo poco a poco. El conocimiento del universo en el que vivimos también lo vamos adquiriendo poco a poco. La Verdad y las verdades se van abriendo camino, poco a poco. De ahí que la esperanza se constituya hoy en la virtud fundamental del creyente.

Antesdeayer creíamos que la tierra era plana. Ayer creíamos que el sol daba vueltas alrededor de la tierra. Tuvimos que cambiar nuestros esquemas y buscarnos nuevos planos de situación. Hoy al analizar el átomo con sus protones y electrones nos dicen que el noventa ciento de lo que llamamos materia está vacío.

Todo progreso en el conocimiento sobre lo humano incide de forma directa en nuestro conocimiento sobre Dios. Porque Dios no es un pegote externo al Universo. Todo el enorme progreso en la ciencia y en el conocimiento de la creación tiene, necesariamente, que influir y desarrollar nuestro conocimiento de Dios.

Es urgente cambiar el modo de pensar. El cambio es señal de crecimiento y comprensión de lo que somos y de lo que nos rodea. Y todo colabora en el conocimiento de Dios, fuente de vida.

Luis Alemán Mur